jueves, 18 de junio de 2015



“EL MUNDO DEBERÍA VALORAR EL LUGAR QUE OCUPAS Y LA FORMA EN LA QUE LO VIVES”

° Sabemos que la publicidad no solo nos venden productos, venden mucho más,  vende conceptos de amor, valores, belleza, educación, imagen, éxito, comodidad y lo más importante, nos da un significado erróneo del cómo ser, vivir y pensar.

° La sociedad en la que vivimos, durante mucho tiempo se ha encargado de señalar nuestro aspecto y nos discrimina por quienes somos y nuestra forma de ser.

° Comprar ropa de marca y de un precio mayor, no te hará una mejor persona, y mucho menos aumentara el valor de tu espíritu y carácter.

° El dinero que traes en tu bolsillo no representa el nivel de tu educación.

° La talla de una persona no denomina el tamaño de sus sueños.

° El color de tu piel, tus preferencias sexuales, tu religión, tu nivel social y tu físico  no deberían ser causas de humillaciones y discriminación.

° El estereotipo de la mujer publicitada crea confusión en sus espectadoras y con eso su autodestrucción.

° No solo las mujeres son víctimas de la imagen vendida en la publicidad, también han creado en el hombre una belleza fallida a alcanzar; dando como resultado la discriminación entre individuos.

° La felicidad y el amor de un niño no se compra en los anaqueles de ninguna tienda de prestigio.

°  Toda la publicidad presentada contamina tu mente, matando poco a poco la esencia de cada individuo.

° Es impresionante como gastamos más tiempo, energía y dinero, tratando de encajar, en lugar de invertirlo en lo que de verdad importa que es, aceptarse y quererse a sí mismo.


Yo manifiesto  que hoy en día la mercadotecnia bombardea estereotipos provocando obsesión y un amor mal enfocado en sí mismo. 
Como si una talla menos, la tez mas blanca o la ropa de moda te hiciera una persona perfecta que gana aceptación y sobre todo amor.

Si se maneja una publicidad basándose en situaciones reales no habría estereotipos, prejuicios sociales ni autodestrucción.